Las cucharas de palo han sido un pilar en las cocinas de todo el mundo, apreciadas por su durabilidad y por ser amables con las ollas. Sin embargo, detrás de su encanto tradicional se esconde un detalle crucial que muchos pasan por alto: la necesidad de reemplazarlas periódicamente para salvaguardar nuestra salud.
Un reciente estudio de académicos del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Santiago ha puesto de manifiesto los peligros inherentes al uso prolongado de estos utensilios. Mantener las cucharas de madera por demasiado tiempo puede propiciar la proliferación de microorganismos perjudiciales, un riesgo que no debe subestimarse en el hogar.
La Vida Útil Oculta de Tus Utensilios de Madera
Rubén Peña, doctor en Biotecnología e investigador de la mencionada unidad, compartió con LUN los hallazgos de su equipo. Explicó que el estudio se basó en una revisión exhaustiva de la bibliografía global sobre la madera y los utensilios de cocina, prestando especial atención a las costumbres en Chile, donde el uso de estos utensilios es común.
Para ilustrar la importancia del cambio, Peña estableció una comparación simple pero efectiva: la analogía con el cepillo de dientes. «Nadie tiene un cepillo por 20 años, porque se entiende que se va a deteriorar», señaló. Siguiendo esta lógica, la recomendación es clara: las cucharas de palo deben ser reemplazadas cada seis meses.
Porosidad y Proliferación: El Secreto de la Madera
El experto detalló que la naturaleza porosa y no impermeable de la madera es la clave del problema. Al dilatarse con la humedad, la madera se convierte en un refugio para restos de comida, grasa e incluso saliva. «Como sociedad tenemos la costumbre de probar directo de la olla a la boca. Todo va dejando microorganismos en la madera», afirmó Peña, subrayando cómo hábitos cotidianos contribuyen a este riesgo.
Consejos Clave para un Uso Seguro
Además de la renovación periódica, el Dr. Peña ofreció otras pautas importantes para proteger la salud familiar. Sugirió diferenciar el uso de las cucharas de madera: idealmente, una para alimentos cocidos y otra distinta para alimentos crudos, para evitar la contaminación cruzada.
En cuanto a la limpieza, el biotecnólogo desaconsejó el uso de cloro, debido a la posibilidad de que queden residuos químicos nocivos. En su lugar, propuso una solución más segura y sencilla: hervir la cuchara en agua por cinco minutos, una vez a la semana. Finalmente, enfatizó la importancia de secar las cucharas con papel absorbente, ya que, aunque la madera parezca seca por fuera, puede retener cierta humedad.