Para la mayoría, comenzar la mañana con una ducha es casi un ritual. Ayuda a despejarse, sentirse fresco y partir el día con energía. Sin embargo, no pocas veces se ha puesto sobre la mesa la pregunta: ¿es realmente bueno ducharse todos los días para la piel?
Un estudio realizado por Harvard plantea que hacerlo a diario no necesariamente aporta beneficios a la salud, e incluso podría traer efectos no deseados como resequedad o irritación. Además, también se cuestiona el impacto en el gasto de agua.
La dermatóloga Claudia Moreno, de Clínica INDISA, explica que la ducha diaria sí puede ser positiva en ciertos contextos, por ejemplo, en personas que realizan actividad física frecuente o viven en climas calurosos. Eso sí, advierte que no se debe abusar del agua muy caliente ni de los jabones fuertes, porque ambos factores dañan la barrera natural de la piel.
Esa barrera es la que nos protege, gracias a aceites y microorganismos que mantienen el equilibrio cutáneo. Si se altera, pueden aparecer problemas como resequedad, picazón o mayor sensibilidad.
Entonces, ¿cada cuánto es recomendable ducharse? Según la especialista, no existe una regla rígida. Algunas personas con piel seca podrían beneficiarse de duchas día por medio, mientras que otras pueden hacerlo todos los días sin complicaciones, siempre que hidraten la piel después y usen productos suaves.
Otro aspecto a considerar es el factor psicológico: la ducha funciona como un estímulo mental que ayuda a comenzar la jornada con ánimo y sensación de frescura. En países como Japón, por ejemplo, es común bañarse a diario, pero sin aplicar jabón en todo el cuerpo cada vez.
Consejos prácticos para cuidar la piel en la ducha:
- Prefiere agua tibia en lugar de caliente.
- Usa jabones suaves y aplícalos solo en axilas, pies y zona íntima.
- Hidrata la piel después del baño con crema o aceites.
- Mantén la ducha entre 5 y 10 minutos para evitar resecar la piel.