Científicos de la NASA estudian una región de baja intensidad magnética que afecta satélites y naves espaciales.
¿Qué es la Anomalía del Atlántico Sur?
La Anomalía del Atlántico Sur (SAA, por sus siglas en inglés) es una región en el campo magnético de la Tierra con menor intensidad magnética, que abarca áreas entre Sudamérica y el suroeste de África. Esta «abolladura» en el escudo magnético terrestre no representa riesgos directos para los habitantes del planeta, pero plantea problemas significativos para satélites y naves espaciales, incluidos aquellos de la Estación Espacial Internacional (ISS).
En esta zona, la exposición a partículas cargadas provenientes del Sol aumenta, lo que puede causar fallos técnicos en dispositivos electrónicos sensibles. Cortocircuitos y errores de funcionamiento son algunos de los riesgos que enfrentan estas tecnologías cuando atraviesan la SAA.
Dinámica y Expansión de la Anomalía
Uno de los aspectos más intrigantes de la SAA es su dinamismo. Investigaciones recientes indican que esta región está en expansión y, sorprendentemente, dividiéndose en dos áreas distintas. Este comportamiento complica aún más los estudios sobre el fenómeno y exige un monitoreo constante por parte de la NASA.
Causas de la SAA
El campo magnético terrestre se origina en el núcleo externo del planeta, donde un océano de hierro fundido en constante movimiento genera corrientes eléctricas. Estas corrientes producen el escudo magnético, aunque su distribución no es uniforme.
Entre las teorías sobre el origen de la SAA, destaca la influencia de un depósito masivo de roca densa, conocido como la Gran Provincia Africana de Baja Velocidad de Corte, ubicado a unos 2.900 kilómetros bajo el continente africano. Este depósito podría estar alterando el flujo de hierro en el núcleo y, en combinación con la inclinación del eje magnético terrestre, contribuir a la formación de la anomalía.
Implicaciones para la Ciencia y la Tecnología
Si bien la SAA no afecta la vida diaria en la superficie terrestre, representa un desafío considerable para la exploración espacial y las tecnologías orbitales. Los esfuerzos para comprender este fenómeno no solo buscan mitigar riesgos para los satélites y naves, sino también arrojar luz sobre la dinámica interna del planeta, ampliando nuestro conocimiento sobre la interacción entre el núcleo terrestre y el campo magnético global.
La SAA es un recordatorio de la complejidad y dinamismo de nuestro planeta, subrayando la importancia de seguir investigando fenómenos que, aunque invisibles desde la superficie, tienen un impacto profundo en la tecnología y la exploración espacial.