El minuto de silencio que estremeció al mundo
A las 08:15 horas de este miércoles, Japón guardó un minuto de silencio en Hiroshima para recordar el momento exacto en que el avión estadounidense Enola Gay lanzó la bomba atómica «Little Boy», el 6 de agosto de 1945. Esta explosión devastadora provocó la muerte de unas 140.000 personas, entre víctimas directas de la explosión, la ola de fuego y la radiación posterior.
Tres días más tarde, el 9 de agosto, una segunda bomba atómica mató a 74.000 personas en Nagasaki. El imperio japonés se rindió el 15 de agosto de ese mismo año, lo que marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Memorial por la paz en medio de tensiones globales
En una calurosa mañana, cientos de personas, entre ellas estudiantes, sobrevivientes y funcionarios vestidos de negro, depositaron flores en el memorial por la paz de Hiroshima. Esta ceremonia se realizó en un contexto de creciente tensión entre potencias nucleares, particularmente entre Estados Unidos y Rusia.
El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, advirtió sobre «una tendencia acelerada hacia el fortalecimiento militar en el mundo», haciendo alusión a la invasión rusa a Ucrania y a los conflictos en Oriente Medio.
Una ciudad resiliente con voz internacional
Actualmente, Hiroshima es una metrópolis de 1,2 millones de habitantes. Sin embargo, las ruinas del edificio impactado en 1945 siguen en pie, como símbolo permanente de la tragedia. Este año, representantes de unos 120 países y regiones asistieron a la ceremonia, incluidos por primera vez delegados de Taiwán y Palestina.
Voces que mantienen viva la memoria
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, reafirmó la misión de Japón de liderar el camino hacia «un mundo sin armas nucleares».
Yoshie Yokoyama, de 96 años, relató cómo perdió a su familia tras el bombardeo: «Mi abuelo murió poco después del bombardeo, mi padre y mi madre murieron después de desarrollar cáncer. Mis sueños también murieron, así que mi esposo no pudo verlos cuando volvió del frente de combate después de la guerra».
Para Toshiyuki Mimaki, copresidente del grupo Nihon Hidankyo, ganador del Premio Nobel de la Paz 2024, es vital que el mundo no olvide: «Es importante que muchas personas se reúnan en esta ciudad afectada por la bomba atómica, porque las guerras continúan».