El regreso de las vacaciones al trabajo puede ser un proceso complicado, generando lo que se conoce como estrés post vacaciones. Este fenómeno afecta a muchos trabajadores, ya que implica pasar de un estado de relajación a una rutina con horarios, metas y responsabilidades.
Según la psicóloga laboral Lissette Domínguez, este tipo de estrés puede durar entre dos semanas y tres meses, dependiendo del entorno laboral y el nivel de satisfacción con el trabajo. A continuación, te entregamos algunos consejos prácticos para hacer que la vuelta a la rutina sea más llevadera.
¿Cómo manejar el estrés post vacaciones?
1. Evitar regresar un lunes
Si es posible, se recomienda volver al trabajo a mediados de semana en lugar de un lunes. Esto permite una adaptación progresiva y evita el impacto de enfrentar una semana laboral completa de inmediato.
«Si se retorna un miércoles, por ejemplo, solo se trabajarán tres días antes del fin de semana, facilitando la transición», señala Domínguez.
2. Retomar la rutina antes de volver al trabajo
Un par de días antes de reintegrarse a las labores, es recomendable regresar a casa y empezar a retomar hábitos cotidianos, como organizar horarios, preparar comidas o ajustar el sueño. Esto evita el impacto de enfrentarse a todas las responsabilidades de golpe.
3. Regresar al trabajo de forma gradual
Enfrentar todas las tareas pendientes de inmediato puede agravar el estrés. Lo ideal es adoptar un enfoque dosificado, priorizando temas y delegando responsabilidades cuando sea posible.
- Reunirse con el reemplazo: Si alguien cubrió las funciones durante las vacaciones, es conveniente tener una reunión breve para ponerse al día sobre lo pendiente y lo urgente.
- Solicitar apoyo parcial: Si es posible, coordinar con la persona que cubrió el puesto para que continúe ayudando durante los primeros días de regreso.
«Al recibir apoyo parcial en el retorno, se tiene más tiempo para ponerse al día y reducir la presión», explica la experta.
4. Organizar el correo y pendientes
Antes de comenzar con las tareas diarias, revisar el correo electrónico y filtrar los mensajes por prioridad puede ayudar a planificar mejor el trabajo y evitar abrumarse con información acumulada.
5. Incluir momentos de desconexión durante la jornada
No todo debe centrarse en el trabajo. Aprovechar los breaks y almuerzos para compartir con compañeros o recordar experiencias de las vacaciones puede ayudar a reducir la tensión y mejorar el estado de ánimo.
«Al rememorar los momentos disfrutados, la mente puede revivir la sensación de descanso, lo que disminuye los niveles de estrés», indica Domínguez.
Un retorno más llevadero
El estrés post vacaciones es un proceso natural, pero puede manejarse con estrategias adecuadas que permitan una reintegración progresiva y organizada. Planificar el regreso con anticipación, priorizar tareas y equilibrar la jornada con pausas estratégicas son claves para retomar el trabajo sin afectar el bienestar emocional.