Con años de experiencia en el análisis de redes domésticas, es frecuente encontrar que los problemas de conectividad no siempre tienen su origen en el proveedor de internet o en la infraestructura del hogar. A veces, el verdadero culpable está en la cocina. Un electrodoméstico común puede ser el responsable de las fallas en la señal inalámbrica: el microondas.
¿Por qué el microondas afecta el WiFi?
Muchos routers actuales operan en dos bandas de frecuencia: 2,4 GHz y 5 GHz. Estas bandas permiten la conexión inalámbrica de diversos dispositivos como celulares, laptops y televisores inteligentes. No obstante, cuando el microondas está en funcionamiento, emite ondas electromagnéticas que se sitúan en un rango muy cercano a los 2,45 GHz.
Esta coincidencia con la banda de 2,4 GHz genera un fenómeno de interferencia. Al superponerse las frecuencias, la señal del WiFi puede debilitarse notablemente o incluso interrumpirse por completo. Este efecto es especialmente notable durante el funcionamiento del microondas, que emite estas ondas de forma constante mientras calienta los alimentos.
Factores que agravan el problema
La ubicación del router es un elemento clave. Si está cerca de la cocina, donde comúnmente se encuentra el microondas, la interferencia se intensifica. El problema empeora si además no hay paredes u otros obstáculos entre el microondas y el router, lo que permite que las ondas electromagnéticas se propaguen con mayor facilidad y afecten directamente la señal de internet.
¿Cómo evitar que esto ocurra?
La solución más eficaz, según los expertos, es priorizar el uso de la banda de 5 GHz. Esta frecuencia, disponible en la mayoría de los routers modernos, no se ve afectada por los microondas, ya que opera en un rango distinto. Para aplicar esta medida, es necesario acceder a la configuración del router y verificar qué dispositivos están conectados a la banda de 2,4 GHz. Lo recomendable es migrarlos todos a la banda de 5 GHz.
Si este cambio no soluciona el problema, otra alternativa es reubicar el router. Colocarlo en un lugar más céntrico de la casa, lejos de la cocina y del microondas, puede reducir significativamente las interferencias y mejorar la estabilidad de la red.
Así, identificar y corregir esta fuente oculta de interferencia puede marcar una gran diferencia en la calidad de la conexión WiFi en el hogar.