Una audiencia de revisión de medidas cautelares de Eduardo Macaya Zentilli se lleva a cabo desde las 14:00 horas de este viernes en el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal (TOP) de San Fernando, en la región de O’Higgins. A la espera de que la condena del culpable por abuso sexual infantil reiterado quede firme y ejecutoriada, la justicia deberá determinar si en ese periodo continuará bajo arresto domiciliario total o bien pasará a prisión preventiva, medida que ha sido solicitada por la Fiscalía y los querellantes.
La caótica llegada de Macaya al TOP de San Fernando
A las 13:57 horas, y con una libreta en mano, Macaya descendió de un vehículo en compañía de su abogado y caminó hacia el tribunal. La prensa lo esperaba atentamente para consultarle si se arrepentía de sus delitos. “Por favor, por favor, que estamos muy en la hora”, se limitó a decir, pidiéndole a los periodistas que lo dejaran caminar para poder llegar a tiempo a la audiencia.
Macaya estuvo tres días en prisión preventiva
El pasado viernes 19 de julio, día en que Macaya fue sentenciado a 6 años de cárcel por dos casos de abuso sexual reiterado contra menores de edad, el TOP de San Fernando ordenó de inmediato que quede tras las rejas, es decir, bajo la máxima cautelar. Nueve días antes, el tribunal emitió el veredicto de la investigación, determinando que paralelamente el condenado era absuelto de dos de los cuatro casos de abuso sexual por los que era indagado. Sin embargo, Macaya sólo alcanzó a estar tres días en prisión preventiva en la cárcel de Rancagua, ya que la decisión fue revertida por la Corte de Apelaciones de Rancagua el lunes 22 de julio.
Gendarmería está indagando si Macaya tuvo un trato preferencial
Su corto paso por el penal fue tiempo suficiente para que se revelaran supuestos privilegios durante su estadía: que no habría estado en una celda como cualquier recluso, sino en una sala de mujeres con baño privado que está en el hospital penitenciario, en vista de una condición médica que padecería. Además, también surgió información respecto a que Macaya no habría pasado por la revisión que debe hacer Gendarmería cuando ingresa un nuevo reo. De hecho, tampoco habría llegado al penal en un vehículo institucional, sino que por sus propios medios y junto a su abogado. La situación escaló lo suficiente como para que gendarmes denunciaran a sus superiores la situación, lo que desembocó en que el Ministerio de Justicia instruyera un sumario administrativo por un presunto trato preferencial.