Jair Bolsonaro deberá usar una tobillera electrónica y limitar su actividad en redes sociales, según lo ordenado por el Supremo Tribunal Federal de Brasil, tras nuevas evidencias que lo vinculan con un intento de golpe de Estado. La decisión surge luego de que la policía federal incautara 14 mil dólares en su residencia, lo que elevó el riesgo de fuga del país.
La medida forma parte de una causa en la que el expresidente es acusado de liderar un complot para desconocer los resultados de las elecciones de 2022, en las que fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva. La fiscalía sostiene que Bolsonaro habría planificado un decreto presidencial para anular los comicios y convocar una nueva elección.
La investigación, aún en curso, contempla una pena superior a los 40 años de prisión en caso de que Bolsonaro sea declarado culpable.
El operativo de esta semana incluyó dos órdenes de búsqueda y captura y nuevas medidas cautelares, que no implican prisión preventiva, pero sí un mayor control sobre los movimientos del exmandatario. El juicio está previsto para septiembre.
En enero de 2023, miles de seguidores bolsonaristas irrumpieron de forma violenta en las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia. La justicia apunta a Bolsonaro como el principal instigador, por haber promovido durante meses acusaciones infundadas de fraude electoral y alentar una narrativa de ilegitimidad del proceso democrático.
Este jueves, Bolsonaro respondió públicamente: “Sí, voy a enfrentar el juicio, no tengo alternativa”, declaró frente a la sede del Senado.
El caso mantiene en tensión el escenario político brasileño, con un expresidente que aún conserva una base de apoyo significativa y que ahora enfrenta una posible condena de alto impacto institucional.