Un método casero utilizado en Finlandia permite mantener las viviendas calefaccionadas durante el invierno sin depender de sistemas costosos ni de alto consumo energético. La técnica, basada en el uso de materiales accesibles, se ha difundido como una alternativa económica para enfrentar las bajas temperaturas.
El procedimiento consiste en cubrir las ventanas con plástico, evitando así la fuga de aire caliente desde el interior. Esta medida, además de sencilla, representa un gasto menor en comparación con el uso de estufas o calefactores, cuyo consumo energético puede ser considerable.
Precauciones y requisitos
El uso de plástico como aislante debe realizarse con precaución, ya que la falta de ventilación puede representar un riesgo. Es fundamental mantener un sistema de ventilación adecuado en el exterior, especialmente cuando se utilizan fuentes como gas o leña dentro del hogar.
La correcta instalación de este sistema permitiría reducir el gasto energético y mantener una temperatura estable, con un costo estimado cercano a los 2 mil pesos chilenos.
Otra técnica complementaria
En caso de que este método no resulte efectivo, se recomienda una alternativa adicional: renovar el aire interior mediante la apertura controlada de puertas y ventanas. Este procedimiento, según expertos, contribuye a reducir el tiempo necesario para ventilar y evita que las paredes se enfríen, lo cual favorece la conservación del calor dentro del hogar.
Ambas estrategias, utilizadas correctamente, ofrecen una solución práctica y accesible para enfrentar las bajas temperaturas invernales sin incurrir en altos costos de calefacción.