Gustavo Rencoret y María Isabel Mujica vivían uno de los momentos más importantes de su vida al recibir el llamado del Papa Francisco el 4 de junio de 2016. Su hijo padecía sarcoma, un tipo de cáncer que se volvió agresivo y provocó meses después su muerte.
Una llamada que dejó una huella imborrable
Mientras estaba en quimioterapia, Francisco, el hijo del matrimonio, conversó extendidamente por teléfono con el sumo pontífice en un gesto que continúa siendo recordado por la familia. Afirman que la situación les mostró al Papa como una persona próxima y empática.
«Nosotros hicimos un libro para el recuerdo», señala Gustavo Rencoret en una entrevista con el matinal «Mucho Gusto». La llamada telefónica la recibieron cuando él y su esposa estaban por salir a almorzar. En un comienzo, pensaron que era un sacerdote cercano de España, pero en realidad se trataba de la máxima autoridad de la Iglesia Católica.
La conversación telefónica con su hijo fallecido los llevó a considerar al Papa como «una persona próxima, compasiva, empática y muy cercana, sencilla y humana». Gustavo incluso relató cómo Francisco, de puño y letra, escribió a sus amigos sobre esta experiencia y cómo esta se encuentra en el libro que crearon en su memoria.
La enfermedad que acercó al Papa a Francisco
El padre de Francisco compartió que su hijo era sacerdote y estaba realizando estudios de derecho canónico. Durante un viaje a Roma en 2015, acompañado del Monseñor Ricardo Ezzati, le entregó un bosquejo personal al Papa Francisco de sus padres recién casados, lo que conmovió al sumo pontífice.
María Isabel, la madre, explicó que la embajadora en Roma, Mónica Jiménez, tuvo la oportunidad de coincidir con el Papa y fue ella quien le compartió la noticia de la enfermedad de Francisco. «Ella le pasó un papelito con el teléfono», añadió.