Este año conlleva un cambio fundamental en el panorama empresarial: la instauración de los Directores de Inteligencia Artificial (CAIO, por sus siglas en inglés) para supervisar de manera segura su adopción. En un contexto donde la ejecución de la Inteligencia Artificial (IA), incluyendo tecnologías como ChatGPT, Copilot, entre otras, se expande rápidamente en ámbitos personales, las organizaciones reconocen la imperiosa necesidad de abordar desafíos relacionados con la seguridad, el cumplimiento normativo y la gobernanza.
La figura del CAIO se enfocará en establecer políticas, educar y capacitar a los empleados, garantizando un uso seguro, que proteja a las contra riesgos, como por ejemplo la posible vulneración de la propiedad intelectual.
La designación de un CAIO busca anticipar una realidad en que, incluso sin autorización oficial, los empleados recurrirán a la IA de manera autónoma. Este enfoque estratégico prepara el camino para la adopción generalizada de la IA, posicionándola como un activo esencial, comparable al teléfono móvil en su impacto cultural.
En resumen, el año 2024 marca la transición hacia la normalización de la IA en el entorno empresarial. Bajo la tutela de los CAIO, la inteligencia artificial se convierte en un componente esencial, transformando la operatividad y adaptación de las organizaciones en un mundo cada vez más automatizado.