Una década tratando de reformar el sistema de pensiones sin éxito es parte de un historial que no pasa inadvertido en ningún Gobierno. Pese a los esfuerzos por alcanzar un acuerdo por parte de las distintas administraciones, ya sea en la Cámara de Diputados o en el Senado, las últimas dos reformas de pensiones -Bachelet II y Piñera II- han tropezado en el Congreso.
Una fuente del oficialismo señaló que para evitar el riesgo de que se repita un nuevo revés, plantea que el Ejecutivo debe convencer a la mayor cantidad de diputados de votar a favor de la iniciativa para llegar con holgura a la Sala de la Cámara de Diputados.
También, apuntó a que es relevante contar con una mayoría más allá de lo necesario con el fin de que el camino no se vuelva cuesta arriba en el Senado, tal como ha ocurrido en el pasado.
De hecho, el Gobierno decidió convocar a todos los partidos políticos con representación parlamentaria a la mesa técnica que buscaba acercar posiciones, ampliando la discusión más allá de la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados e incluso hacia las fuerzas con presencia en el Senado.
Mientras el Gobierno prepara indicaciones al proyecto de ley para ser presentadas en las próximas semanas, ya ha analizado el escenario del número de votos que requiere.
Por tratarse de normas de seguridad social, la reforma requiere de quórum calificado, lo que implica que necesitaría de 78 votos, vale decir, la mayoría absoluta de los diputados y diputadas en ejercicio.
El quórum calificado se traduce en que, si por ejemplo, un número relevante de diputados que se supone votaría a favor no están en la Sala, peligren los votos.
¿Le alcanza al Ejecutivo?
La pregunta que ronda entre los parlamentarios, sobre todo de la comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados, es si al oficialismo le alcanzan los votos.
Lo que está claro es que en la comisión, tanto en Trabajo como luego en Hacienda, la luz verde está, dado que el oficialismo tiene mayoría, pero en la Sala, producto de la atomización, la situación genera algunas dudas.
Fuentes del oficialismo aseguraron que la DC tenga el liderazgo de la mesa de la Cámara de Diputados, beneficiaría al Gobierno y se traduciría en los apoyos necesarios en el centro.
Esta semana, el diputado y presidente de la DC, Alberto Undurraga, manifestó que el Ejecutivo debe acotar su iniciativa para que vea la luz prontamente. “El proyecto tal como está no hay ninguna posibilidad procedimental de aprobarlo de aquí a septiembre”, advirtió.
Para mitigar el riesgo de que no alcancen los votos en la Sala, Undurraga apuntó a que “el Gobierno debe acortar el proyecto, y concentrarse en el uso del 6% con una parte para solidaridad y otra para cuentas individuales; en la separación del rol actual de las AFP con libre elección en inversión y licitación en el soporte; y en el aumento de la PGU”. Con ello, sostuvo que debe dejar fuera temas como la derogación del polémico DL. 3.500.
Los intentos fallidos en el Congreso
En 2017, la reforma de pensiones del segundo Gobierno de la ex Presidenta Bachelet, -liderada por su entonces ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés- no logró sortear la valla en la Cámara.
Pese a haber sido aprobada en la comisión de Trabajo y Hacienda de la Cámara, finalmente se cayó luego de que el 23 de enero -a menos de dos meses de concluir esa administración y con Sebastián Piñera ya electo como Presidente- el corazón de la reforma no logró tener la luz verde.
Años más tarde, en 2019, el gobierno del ex Presidente Piñera logró aprobar en general su reforma de pensiones en la Sala de la Cámara de Diputados y el 29 de enero fue despachado en particular. Con ello, la iniciativa liderada por la entonces ministra de Trabajo y Previsión Social, María José Zaldívar, pasaba a su segundo trámite constitucional.
Pese a los esfuerzos que hizo tanto Zaldívar como su sucesor, Patricio Melero, a la segunda administración Piñera se le trabó la reforma previsional en el Senado.
Por su parte, este Gobierno de Gabriel Boric logró aprobar en general la reforma en la comisión de Trabajo de la Cámara en enero de este año y desde ese entonces no ha podido concretar la votación en particular.
Se trata de una reforma crucial para el Ejecutivo y que convive con el fantasma de lo que le ocurrió a la tributaria en marzo, que fue rechazada.
Desde la oposición ya han hecho advertencias al Gobierno de que esta iniciativa podría correr la misma suerte que tuvo la reforma tributaria, cuando no lograron alcanzar el quórum necesario que en el caso de esa iniciativa era quórum simple (50+1) de los diputados presentes en la sala al momento de someterlo al escrutinio.
“Le hacemos la advertencia al Gobierno: les va a pasar lo mismo que con la reforma tributaria, donde se va a rechazar en la Sala y van a tener que esperar hasta el próximo año para reingresar el proyecto si es que no tienen más diálogo y más conversación”, sostuvo este martes el diputado y jefe de bancada de Renovación Nacional, Frank Sauerbaum.
Al respecto, el diputado independiente del Frente Amplio, Andrés Giordano, señaló a DF que «yo esperaría que dada la urgencia previsional que existe, no se repita lo mismo en la tributaria».
El parlamentario apuntó a que «a diferencia de lo que ocurrió antes, ha habido acercamientos con nuevos sectores que tendrán que votar esto en la Cámara» y criticó que «sería lamentable que la oposición más dura quiera continuar en un rol intransigente, y por qué no decirlo, obstruccionista».