En Chile existe un punto en que la radiación solar, la cantidad de energía que golpea el suelo y todo lo que esté allí, es la misma al estar parados en Venus. ¿Cómo es posible que sea la misma cantidad de radiación recibida, si Venus está 43 millones de kilómetros más cerca del Sol que nuestro planeta?
Existe una serie de factores que determina la cantidad de energía solar que pueda recibir un punto en específico. La altura, el tipo de clima y su ubicación geográfica son algunos de esos factores. Es así como un grupo de científicos de la Universidad de Santiago llegaron hasta el altiplano del Desierto de Atacama y lograron medir la radiación solar más alta jamás antes registrada.
En la meseta de Chajnantor, ubicado en el Parque Astronómico Atacama (PAA) y donde se ubican varios observatorios, el equipo liderado por Raúl Cordero registra desde 2016 hasta este año la radiación solar en ese lugar, y ahora es posible apreciar sus primeros resultados. Fue allí, a 40 kilómetros al este de San Pedro de Atacama y a más de 5 mil metros de altura, que dieron con el punto más irradiado del mundo.
“Lo interesante es que la radiación resultó ser tan extrema que fue superior a la que uno tendría en lugares más altos todavía”, afirma Cordero. En nuestro planeta, el punto más alto de la Tierra está en la cima del monte Everest, a más de 8 mil metros de altura. “Uno podría pensar que allí la radiación podría ser mayor, pero no está tan cerca de la línea del Ecuador, entonces la radiación en la parte alta del altiplano es mayor que en monte Everest”, enfatiza el climatólogo.
Fue entonces allí, en Chajnantor, que se midió la intensidad de radiación en promedio anual y en los momentos donde alcanza su mayor nivel, que es en los solsticios de verano. Se logró medir que la irradiancia global de onda corta horizontal (SW) en la meseta es en promedio de 308 W/m2, equivalente a una irradiación anual de 2,7 MW/m2: la más alta a nivel mundial.
“Se supone que la máxima radiación es a mediodía y cuando el cielo está despejado. Pero a veces se da cierta configuración de nubosidad parcial que provoca que la radiación no solo llegue desde el Sol, sino que también de la luz reflejada por nubes dispersas. Es como un ‘efecto lupa’ que hace la nube”, comenta Cordero.
En términos de índice de radiación que mide normalmente en una escala de 1 a 11, esta radiación puede llegar a un indicador de 20 en el Desierto de Atacama. Eso sí, si la radiación es intensificada por el paso de nubes, esta puede superar el índice 25 de radiación solar. “Esa es la radiación solar en la Tierra más alta, jamás medida. Es una radiación similar a la que habría en Venus, un planeta que está mucho más cerca del Sol”, concluye.
La frecuencia con que se dan este tipo de eventos en Chajnantor, sobre todo con las nubes que se presentan en verano por causa del invierno altiplánico, es extraordinario. Según Cordero, esto se da todos los días prácticamente, muchas veces por día.
Los resultados realizados por el equipo de la Universidad de Santiago fueron publicados en la revista Bulletin of the American Meteorological Society (BAMS), la más importante de meteorología a nivel mundial. Estos extremos solares superficiales impulsados por las nubes ocurren en la meseta de Chajnantor con una frecuencia, intensidad y duración nunca antes vistas en ningún otro lugar del mundo, lo que convierte al sitio en un lugar ideal para estudiar la respuesta de las plantas de energía fotovoltaica.