El transporte público de la Región Metropolitana enfrenta un nuevo debate respecto al traslado de grandes bultos en el Metro, afectando tanto a la infraestructura como a los usuarios más vulnerables.
Problema Recurrente en Estaciones Clave
La proliferación del comercio ambulante y el traslado de grandes cargas ha generado inconvenientes en estaciones neurálgicas como Estación Central y Unión Latinoamérica. Este fenómeno ha llevado al colapso de ascensores y accesos preferenciales, afectando a personas mayores, mujeres embarazadas y pasajeros con movilidad reducida.
Además, la presencia de carros de carga tipo «yegua» y grandes parlantes utilizados por artistas callejeros ha provocado congestión en los trenes y daños en la infraestructura, como escaleras eléctricas y puertas de acceso.
La Propuesta de Regular el Tamaño de los Bultos
En una reunión entre Metro de Santiago y el Consejo Nacional de la Sociedad Civil (Cosoc), se planteó limitar el tamaño de los bolsos permitidos en los trenes. Según Claudia Rodríguez, presidenta de Cosoc, «este tema hay que regularlo», dado que la actual situación afecta la experiencia de los usuarios y el funcionamiento del servicio.
Metro de Santiago, por su parte, confirmó a El Mercurio que realiza llamados constantes a no transportar objetos de gran tamaño, aunque actualmente no prohíbe su ingreso.
Opiniones Divididas
Mientras que Rodríguez aboga por una regulación que beneficie a los usuarios más vulnerables, Louis de Grange, expresidente de Metro, advirtió que la medida podría perjudicar a quienes combinan el uso del metro con trenes o buses interurbanos, afectando principalmente a pasajeros provenientes de comunas periféricas.
Antecedentes: Una Medida Similar que No Prosperó
En 2014, Metro intentó implementar una normativa que limitaba los bultos a dimensiones específicas: 80 cm de alto, 50 cm de ancho y 60 cm de profundidad, exigiendo que pudieran pasar por debajo del torniquete. Sin embargo, esta medida fue suspendida por la Corte de Apelaciones de Santiago tras una acción legal presentada por vecinos de Pudahuel, quienes argumentaron que era discriminatoria.
El Desafío Actual
Con un escenario más complejo que hace una década, Rodríguez sostiene que es necesario reabrir el debate y encontrar soluciones que equilibren las necesidades de los usuarios y la preservación del servicio.
Metro de Santiago enfrenta ahora el reto de implementar medidas efectivas que aseguren una experiencia de viaje más cómoda y eficiente para todos los pasajeros, sin repetir los errores del pasado.