Utensilios de uso cotidiano como tablas de cortar, tostadores de pan o espátulas de silicona pueden convertirse en focos de contaminación si no se mantienen correctamente, advirtió la académica Natalia Sánchez.
Algunos utensilios de cocina pueden parecer seguros, pero representan un riesgo para la salud si no se limpian o reemplazan a tiempo, explicó Natalia Sánchez, especialista en inocuidad alimentaria de la Universidad Andrés Bello.
La académica elaboró un listado con elementos que requieren especial atención para evitar la acumulación de bacterias o la liberación de compuestos nocivos.
Utensilios bajo observación
Tablas de cortar de madera y plástico figuran entre los primeros. Las de madera, al ser porosas, retienen humedad y facilitan el crecimiento de bacterias. Las de plástico, aunque más fáciles de lavar, pueden presentar grietas donde se alojan microorganismos, por lo que se recomienda reemplazarlas cuando estén muy desgastadas.
El tostador de pan de parrilla, presente en muchos hogares, también puede ser un riesgo si no se limpia con regularidad. Según Sánchez, este artefacto acumula restos de pan quemado, migas y grasas que pueden favorecer el desarrollo bacteriano. Se sugiere desarmarlo y limpiarlo una vez al mes.
El rallador, otro utensilio común, requiere una limpieza exhaustiva tras cada uso, ya que los restos de alimentos y la humedad pueden convertirlo en un foco de contaminación.
Materiales con riesgos adicionales
En cuanto a los utensilios de silicona, si bien son valorados por su flexibilidad, Sánchez señala que pueden retener grasa y, a temperaturas altas, descomponerse y liberar compuestos no deseados. Lo mismo ocurre con el teflón, cuyo recubrimiento antiadherente, si se daña o se calienta en exceso, puede liberar gases tóxicos. En ambos casos, se recomienda reemplazar los utensilios dañados.
Contenedores de plástico reciclado también requieren atención. Su uso para almacenar alimentos puede ser riesgoso si no están clasificados para contacto alimentario, y no se deben emplear con alimentos calientes.
El microondas, por su parte, puede acumular biopelículas de bacterias en zonas difíciles de limpiar. Se aconseja usar recipientes adecuados y mantenerlo limpio regularmente.
Finalmente, los coladores deben lavarse inmediatamente después de su uso, especialmente si se utilizaron con carne cruda o mariscos, ya que los restos de comida atrapados en las mallas pueden ser difíciles de eliminar completamente.
La especialista enfatiza que la higiene y el buen estado de estos utensilios son fundamentales para mantener la seguridad alimentaria en el hogar.